LYCANS AND VAMPIRES cap 3 (se busaca pareja para jae)

Creciendo

Ya ha pasado una semana en la que poco a poco todo parece volverse más llevable, el Sr. Lacoste viene todos los días para ver si estamos bien y darnos información de las sesiones de los accionistas para adoptarnos. Al parecer aunque seamos un gran negocio ninguno está dispuesto a tomar a su cargo nuestra crianza, nuestra ultima alternativa es el socio asiático que está de viaje por el verano, dice que apenas el invierno llegue el vendrá y así podremos saber si tendremos o no una nueva familia, en caso de que él se niegue trabajo social nos destinara a un orfanato y nuestras acciones y dinero quedarían congelados hasta la mayoría de edad de una de nosotras o hasta q se nos adopte juntas o por separado.


No quiero dejar que alejen a ktta de mí, no puedo permitir que le quiten a su ultimo familiar, el tiempo corre demasiado lento, siempre con la misma rutina el no saber me asfixia aun faltan seis años para que yo pueda disponer de mi vida. Solo espero que después de todo ese tiempo aun conserve la fuerza para seguir avanzando.


-anguel pásame el pan- deje de mirar el techo y vi a ktta frente a mi sonriendo, por su edad ya había olvidado todo.


-claro -dije devolviéndole la sonrisa.


- Srtas. Tienen visitas- la mucama entro en el comedor.


- quienes son- pregunte sin poner mucha atención.


- el Sr. Lacoste y dos personas más- me parecía extraño que el haya traído a más gente, usualmente venia solo, me levante de mi silla dirigiéndome al despacho de mi padre ktta me seguía por curiosidad también quería saber quiénes eran las personas que lo acompañaban.


Entramos a la habitación donde nos esperaban, además de Lacoste, un hombre y una mujer estaban sentados frente al escritorio, tenían una expresión extraña y su piel era blanca como el papel, fui directamente hacia la silla que era de mi padre y me senté con mi hermana junto a mí.


–buenos días- salude con un tono de pregunta escondido a lo que ellos solo respondieron con un movimiento de cabeza.


–ellos son Aru y Junsu Kim Marchant, recuerdas los socios de tu padre que te comente- asentí con mi cabeza estudiando a mis posibles padres, eran tan distintos a mí y a ktta aun cuando nuestra piel era bastante blanca la de ellos era color nieve, aun con cabello castaño tenían la piel pálida, como si el sol nunca la hubiese tocado.


-ellos han aceptado con gusto criarlas y hacerlas parte de su familia- me dijo lacoste, yo seguía mirando a la pareja que estaba frente a mi.


-ustedes serán el rayo de vida que le falta a nuestra familia- acotaron sonriendo y tomando nuestras manos, de las que me solté rápidamente al sentir que estaban frías.


-lo siento- dije ante mi reacción.


-no te preocupes- parecían dulces personas pero aun así no estaba segura, aunque si era la única forma de que no me separaran de mi hermana aceptaría sin chistar.


Al no dejar mi padre un albacea debíamos tomar el apellido de la nueva familia para que
fuera legal, así fue como deje de ser anguel kendrick para convertirme en una Kim marchant sin entender todo lo que ese apellido contraía aun, por petición nuestra las casa familiar se quedaría tal y como estaba e incluso podríamos venir a verla algunas veces. Todo fue arreglado rápidamente y las maletas llevadas a nuestro nuevo hogar, no sabía que sería de mi vida de ahí en adelante.


Una enorme casa de proporciones parecidas a la de mi padre apareció ante nosotras, el carruaje cruzo un enorme jardín con miles de flores distintas y tres fuentes con figuras de ángeles, entramos al recibidor donde nos esperaban los Kim marchant, pero además habían cuatro personas más en ese lugar, dos chicos y dos chicas, parecían mayores a mi pero no demasiado tenían el rostro pálido y frio, lo que ya no me sorprendía, cuando nos vieron sonrieron.


– esta casa al fin tendrá vida- dijeron al unisonó mientras corrían a abrazarnos, aunque sabía que sus abrazos eran afectuosos no podía evitar sentir una sensación helada en ellos.


Nos llevaron a nuestras habitaciones, la mía estaba decorada de morado con tonos lilas y un café casi imperceptible, mis sabanas olían a coco y en una mesa junto a la ventana estaba un jarrón con casa blancas, era perfecto para mí, me dirigí al armario para dejar mi ropa me encontré con que allí había más vestidos de mi talla de varios colores y modelos, todos eran lindos.


– mama se emociono y salió de compras toda la semana para ustedes- una voz me saco de mi asombro, era una de las chicas que nos recibieron mientras hablaba sonreía con dulzura – soy Mimi la mayor, bienvenida a la familia Kim marchant, te vas a divertir mucho- me parecía muy amigable, por detrás apareció otra muchacha que también parecía de la misma edad.


- yo soy ginny, la segunda al mando no sabes todas las cosas que vamos a hacer las cuatro juntas, al fin las mujeres somos mayoría y muchas cosas en esta casa cambiaran- una almohada la golpeo en la cabeza mientras hablaba.


- nada cambiara- los dos muchachos habían entrado en mi habitación- ktta quiere dormir no hagan ruido, un gusto yo soy minho y el es jaejoong- sonreí y le hice una reverencia.


Desde ese día poco a poco fui integrándome y sintiéndome como familia de verdad, salíamos mucho de compras con mis hermanas mientras Leslie se quedaba a jugar en casa donde Aru y Junsu la mimaban a más no poder jamás le decían no, minho y jaejoong lo hacían también, la cuidaban y le daban todo lo que pedía, incluso le decían que ella sería su princesa siempre y que jamás debía abandonarlos, se habían convertido en unos hermanos muy apegados a ella le cantaban canciones y se la llevaban de paseo excepto cuando iban a ver a sus conquistas.


Todos los días tenia clases de etiqueta, baile de salón, leía libros, cabalgaba, me enseñaban artes marciales y a dominar la esgrima, procuraban que toda la familia fuese preparada en todos los campos, pronto empecé a llamarlos padres pero en mi corazón aun recordaba que era una kendrick y tenía otros padres, era divertido todo lo que hacíamos a diario aunque en los días soleados la familia prefería no salir y en verano nos íbamos a lugares invernales , me decían que eran alérgicos al sol y yo supuse que era verdad pero por esos viajes veraniegos jamás volví al bosque que añoraba aunque lo que en realidad extrañaba con todas mis fuerzas era el adolescente al que jure volver a ver.


Cada tres meses cuando la luna estaba en cuarto menguante las actividades eran detenidas, Ktta y yo no teníamos permitido salir de nuestras habitaciones y los empleados tenían el día libre, se nos indico jamás abrir la puerta por ningún motivo en la noche yo obedecí, siempre se podía escuchar gritos y gente corriendo, alguien sufría mucho pero no quería preguntar así que simplemente lo ignore.


-cuando tengas dieciocho y puedas elegir lo entenderás- decían mis hermanas una y otra vez, pero yo no tenía ganas de esperar tanto tiempo

El cielo cubierto por las nubes amenazando llover y el viento chocando contra mi cara, rayos de sol se filtran débiles y hacen que pueda sentir su calor cinco años ya han pasado cinco años desde que deje mi pasado y comencé a construir un nuevo futuro, eh sido feliz.


Desde donde estoy puedo ver las tierras que se extienden delante de mí, el enorme jardín y el bosque que nos circunda es hermoso el tejado se ha convertido en mi lugar favorito, no han cambiado muchas cosas en este tiempo, pero algunas preguntas llegan a mi cabeza,ktta ya tiene doce años y se ha hecho aun más unida a jae y minho pero ellos la celan demasiado, no le dejan tener novio y cuando ella sale porque nuestros padres la defienden ellos se molestan y hacen berrinche, me da mucha gracia como se portan con ella.


-anguel- un grito llego a mis oídos –parece que va a llover y tu padre quiere hablar contigo- no quería bajar aun pero tenía que obedecer no quería que mi padre viniese por mí, aunque por fuera se veía dulce y tenia sonrisa de ángel cuando se molestaba sus ojos parecían tener fuego y todo lo que tuviera vida huía inmediatamente
incluyéndome a mí.


Entré al despacho que me recordaba al de mi antigua casa, Junsu estaba sentado mirando papeles, jamás me había parecido que el pudiese tener la edad que afirmaba cuando lo veía así sentado entre una pila de documentos se me hacia gracioso, cualquiera que estuviese conmigo pensaría que no tenia mas de veintidós años, era igual con mama, pero todo el mundo les tenia respeto y a nadie le parecía extraño salvo a mí.


- buenos días papa- dije haciendo una reverencia.


-anguel, como esta mi niña- cada vez que hablaba de mi me provocaba ternura, pero aun así era evidente que no éramos familia, nuestra piel era muy distinta y era común que los visitantes pensasen que yo no era su hija, cuando pasaba ellos se sentían ofendidos.


-me llamaste- sonreí , el me miro y me dio una señal para q me sentara en el mueble junto a él .


–ya casi tienes diecisiete años y estaba pensando que has crecido muchísimo, te veo y veo a una princesa y quiero que todos vean a mi princesa como yo.


- levante la ceja porque aunque lo quería mucho él esta vez era demasiado meloso conmigo.


–que pasa- pregunte con curiosidad- pues como te quiero tanto y eres una de mis princesas decidí que el día de tu cumpleaños haremos un baile en tu honor- Me quede helada al escucharlo, no me esperaba que celebraran mi cumpleaños de esa manera, no es que no me gustaran las fiestas pero conociendo a mis padres algo se traerían entre manos, empecé a hacer cuentas para ver el tiempo que faltaba .


– pero si siempre vamos a los Alpes en esas fechas- acote yo con curiosidad- el me miro dulcemente.


– por ti no iremos este año, es importante que te presentemos a la sociedad, las mejores familias de la ciudad y del circulo estarán ahí.


- no entendía bien a qué se refería con circulo, pero si no había remedio tendría que asistir.


Me retire para ver a mama y preguntarle que debía hacer en la fiesta , pero antes de que llegara al salón donde ella estaba practicando tiro con arco mis hermanas me acorralaron y me empujaron hacia el carruaje que esperaba en la puerta.


–día de compras- tarareaban, me provocaba risa el verlas tan emocionadas por comprar un vestido nuevo, llegamos al centro de la ciudad una legión de tiendas de ropas y accesorios se levantaba frente a mí, siempre salíamos juntas de compras pero no me emocionaba tanto como a ella, eran unas expertas en ello. Entramos en una tienda para hombres, queríamos comprarles guantes nuevos a nuestros hermanos que combinaran con nuestros vestidos aunque sonara un poco tonto.


Me detuve en seco al percibir un olor varonil que me atrajo, busque a la persona que lo emitía olfatee a todos los hombres del lugar y muchos me vieron extraño.


–anguel, viene de el- mimi señalaba con el dedo.


–que cosa- le pregunte.


- el olor que tanto buscas- como lo supo, bueno ella siempre sabía lo que yo quería antes de que yo misma lo supiera.


- gracias- dije sonrojada al ser descubierta en mi búsqueda, seguí la dirección que me señalo con la mirada y vi a un chico alto de piel bronceada que se probaba un traje, me le quede mirando como una estatua, su cabello lacio castaño, sus cejas gruesas, sus labios rosa que cuando sonreían me parecían un dulce que me quería comer, al darme cuenta de los pensamientos que llegaban a mi cabeza la sacudí evitándolos no podía quedarme como tonta mirándole, el podría darse cuenta.


- es changmin kim di marckel- ginny decía mientras movía camisas- hijo de alessandra di marckel y hangen kim, se han convertido en una familia tan poderosa como la nuestra, somos competidores directos, pero no sé porque su aroma me parece como de perro mojado.


- al parecer no le caían bien a ginny, pero a mí me había parecido diferente.


Yo seguía viéndolo pero de pronto el giro du cabeza y se me quedo viendo, enseguida salte atrás de un montón de sacos esperando que no me hubiese visto, camine silenciosamente hacia donde mis hermanas y les dije que nos fuéramos, ellas pudieron leer mi mente y ver mi rostro sonrojado así que me hicieron caso, mientras salíamos de la tienda una persona nos interrumpió el paso, sentí de nuevo el mismo aroma solo que ahora era más fuerte, levante mi rostro rogando porque no fuese el.


Dios no atedio a mis suplicas, el mismo rostro que me había embelesado antes estaba nuevamente frente a mi.


–¿quien eres?- preguntó, yo podía sentir el nerviosismo en sus palabras –¿cual es tu nombre?- insistió sus ojos brillaban pero no entendía porque.


-anguel shim marchant- respondí lentamente.


– shim marchant- pregunto frustrado.


- que esperabas, ella es nuestra hermana menor- dijo mimi poniéndose entre él y yo- no te le acerques, ella ya esta prometida- abrí mis ojos todo lo que podía cuando dijo la ultima parte.


– prometida- grite por la sorpresa.


- no debía decírtelo- ginny se lamentaba-papa nos matara- Salí corriendo del lugar, todo había sido planeado para que me casara en contra de mi voluntad, no sabía dónde ir solo que debía correr.