celestial

UN TROPIEZO CON EL DESTINO
(fernanda– Junsu)

Los días han pasado inconscientemente por mi vida, cada momento es distinto y jamás quiero que sea igual, eh escondido mis sentimientos de todo lo malo del mundo, pareciendo siempre sonreír y fuerte aunque por dentro muera, encerrando mis debilidades en mi alma para que jamás puedan ser usadas en mi contra y nadie descubra como soy en realidad.


No tengo idea porque estoy pensando en esto, tal vez porque la clase es demasiado aburrida, en todo caso luego tomare los apuntes. Alguna vez desearía que mi vida tuviera algo diferente que cambiara, tomar un riesgo mayor.


-fernanda, vamos, tenemos una hora hueca y necesitamos algo q hacer-Salí de mis pensamientos para ir con mis amigos, pasar el rato con ellaos era revitalizador, jamás parábamos de reír de las ocurrencias de todos, ya sea en la cafetería o simplemente en el patio de la universidad el tiempo era demasiado corto para hablar de todo lo que pasaba por nuestra mente.


-mira quien esta ahí- mi mirada se dirigió hacia el portal principal de la facultad y vi a Omar parado ahí, esperándome, no sabia q el iba a venir hoy, nuestra relación era extraña porque aunq se suponía que éramos novios nunk le ponía demasiada atención, todos pensaban que era cruel con el pero para él estaba bien y no le importaba demasiado, suponía que así era feliz, no sabia lo equivocada que estaba.

–hola- camine hasta el con mi sonrisa matutina, el se me acerco y me beso, yo lo separe de mi porque no me gustaba que todo el mundo nos anduviese viendo.

–ok, ya me acorde, lo siento- el entendía que no me gustaba- solo vine a decirte hola porque tenia un poco de tiempo, quería sorprenderte y darte un beso, ahora que lo hice puedo irme con la conciencia limpia- era una persona extraña.

–esta bien Omar, yo también quería verte. Dije tratando de sonar un poco dulce pero eso en mi no se me daba.

- no lo intentes, te sale muy mal, mejor me voy- me beso de nuevo y antes de que pudiera decirle algo se fue.


Todos mis compañeros empezaron de nuevo a decir que era muy dura con el y darme el sermón de la mañana, parecían mas mis hermanos que mis amigos siempre me daban consejos sobre los hombres y que debía hacer o no, gracias a ellos sabia que los hombres podían ser unas ratas o unos lindos conejitos, dependiendo de si están enamorados o no, sabia las señales para reconocer a los que valen la pena, según yo era indestructible y tenia muy vigilado a Omar.


Otra vez a clase como si quisiera ver de nuevo la cara de otro profesor, pero era lo que tenia que hacer para poder obtener mi titulo y desempeñarme en lo que me gusta, aunque el camino es largo yo se que puedo hacerlo, debo ser positiva y nada mas.


Cuando las clases terminaron, era tarde y debía ir a casa para terminar toda la tarea
que tenia que entregar para el siguiente día, era un poco asfixiante, subí las escalinatas hacia la parada del bus, mientras caminaba escuchando música un destello paso junto a mi y vi a dos hombres peleando, no tenia ganas de regresar y tomar el camino mas largo así que decidí seguir, estaba apunto de terminar de cruzar cuando uno de los hombres empujo al otro y me empujo haciéndome perder el equilibrio, aun con la alta baranda el golpe fue fuerte y caí, estaba a punto de abrir mis alas para no chocar contra las piedras del rio cuando sentí unos fuertes brazos sosteniéndome y llevándome hasta la orilla.

– no quiero perderte sin antes conocerte- me dijo con dulzura, me dio un beso en la frente y se fue de allí no sabia quien era, ni siquiera lo alcance a ver bien, acaso estaba soñando y no me había dado cuenta, me pellizque y comprobé que esta en la tierra, tal vez era mi ángel de la guarda, si los ángeles como yo existían porque no habría de tener uno que me cuide. Me sentí protegida.


Seguí mi camino subiendo la gradas, aun estaba un poco nerviosa por el susto que acaba de tener, un niño choco contra mi y de nuevo perdí el equilibrio, no era posible que esto me sucediera dos veces, me prepare para el golpe, pero algo me detuvo, unos fuertes brazos otra vez pero ahora ya no era un ángel lo que me salvo, un chico estaba sonriendo, me jalo hacia el y me pregunto si estaba bien.


–debes tener mas cuidado- dijo, sentí un escalofrió subiendo por mi espalda.

- gracias- acote, lo separe de mi e iba a irme de allí cuando sentí que algo retenía mi mano, me di la vuelta y vi al mismo chico con una expresión infantil esperando –adiós- dije en tono sarcástico, y al parecer el lo entendió.

- algún día sabré tu nombre?- pregunto, es verdad q me parecia muy dulce pero no podía darle mi nombre a turistas extraños, por mas que me hayan ayudado a no caer.


– lo siento- respondí y me fui de allí con mi corazón latiendo de forma diferente, supuse que fue solo por el susto, el aroma que sentí me había gustado, quería olerlo otra vez.